A mí, personalmente,
me PIERDE... desde primera hora de la mañana hasta última hora de la noche. Me pierde cuando me mira, porque nunca una mirada me había besado, cuidado y follado tanto; las manos tratando de impedir que me marche. Lo agridulce. La maldita manía, la costumbre o lo inevitable: querer salir corriendo hacia ti, de nuevo. Detalles. Límites sobrepasados; insaciables. Cansados de lo apático y lo correcto.
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