viernes, 19 de octubre de 2012

EL QUE NO PROMETE, PERO CUMPLE.

Consiste en amoldarse, no se trata de cambiar tu vida por nadie. Encajar sin esforzarte.
Porque eres como el café con azúcar por las mañanas nada más despertar, o más bien desayunar besos en la cama.
El primer trago de agua en un día de resaca. Las sábanas de verano, de las que puedes prescindir, pero si no te arropan, no eres capaz de dormir tranquila.
Como las frases subrayadas de tu libro favorito. La melodía perfecta sonando en tu cabeza.
La ducha de agua caliente en pleno invierno. El cosquilleo nervioso recorriendo tu cuerpo. El amor que supera los 90 minutos.