domingo, 4 de septiembre de 2011

Todo pasa.

Y te emborrachas, bailas, besas, dejas, pasas, escondes las lágrimas, te pintas los ojos, maquillaje en la cara y sonrisa forzada... o todo o nada. Te muerdes la lengua hasta que sangra mientras tu sonrisa queda dibujada, te obligas a no borrarla, a que nadie te sienta debilitada.
Y llegas a casa, las tantas de la madrugada, tequila en la garganta, rimel recorriendo la cara. Pocas ganas, demasiadas añoranzas, demasiadas preguntas sin respuesta y demasiadas mañanas de resaca.
Y no... no te cansas... llegas a creer que ese es el modo de vida que a ti te hace falta.

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