"He escuchado tantas historias de desamor y soledad esta noche que creo que podría editar un catálogo. He aprendido a reconocerlos por sus caras. Llego a la barra y puedo decir en cuestión de segundos cuántos clientes se sienten solos. El éxtasis ayuda sólo durante unas horas. A veces ni eso. Van de éxtasis, están atontados, pero en el fondo siguen solos. No hay droga que cure eso.
Había un chico apoyado contra el bafle que conoció en un bar a la chica de sus sueños. Una pelirroja vestida de Gaultier. Bebieron, flirtearon. Lo hicieron a lo bestia en el cuarto de baño. Él apuntó su teléfono. No se atrevía a llamarla. Apenas sabía quién era. ¿Cuántos tíos la habrían follado en un cuarto de baño? Cuando por fin reunió el valor suficiente intentó llamarla, dos veces, pero nadie respondió al teléfono. Después le parecía que había pasado demasiado tiempo. ¿Y si ella había conocido a otro?, ¿y si no le recordaba? Él tampoco la recordaba bien. No podría describir el puente de su nariz ni la caída de sus pestañas y el color exacto de sus ojos. No podría asegurar si era tan maravillosa como él creía recordar. Fue muchas noches al bar donde la había conocido, pero no volvió a verla. Ha dormido solo desde entonces.
Hay una chica que lleva escrita en la frente la palabra amante. Siempre se enamora de hombres casados. Ha hecho el amor en portales, en hoteles, en asientos reclinables de coches descapotables, en parques, en ascensores y en cuartos de baño de bares de diseño.
Sin embargo, no sabe lo que es despertarse junto a alguien y compartir un desayuno en la cama.
Esta ciudad es demasiado grande, dicen algunos, se hace tan difícil mantener las relaciones...
En fin, cada cual tiene su historia.
Esta ciudad está llena de hombres que van buscando a tientas una mujer en la oscuridad de los bares. He escuchado tantas historias esta noche..
Pero yo también tengo mi propia historia. Y tendría que explicarle a todos esos chicos solos que pretenden invitarme a copas en la barra con cara de cordero degollado que yo no puedo llenar sus huecos, que a mi también me abandonó mi amor y que, para colmo, empieza a ponerme de los nervios el jarcotezno."
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