Extremista e incluso en ocasiones grosera.
Seguramente, los que te vean de primeras, a simple vista, pensarán que no eres más que fachada. En cierto modo, a ti te agrada que tengan una opinión desacertada. No te gusta que se entrometan demasiado, ni que indaguen, y me atrevería a decir, que tampoco te gusta que te conozcan del todo. No te reservas para cualquiera. Demasiado desconfiada... sólo los que te conocen de verdad, saben todos tus tipos de sonrisas, cuales están llenas, y sobre todo, cuales están vacías... -por supuesto, la mayoría-.
¿Arrepentimientos? CERO. Más bien palos de ciego, pero nada de arrepentimiento, eres un bloque de hierro gracias a todo eso.
Dependencia, sí, dependencia (esa palabra que tanto asusta y que poca gente pronuncia). Dependencia hacia los placeres de la vida -que no hacia ninguna persona-, sino al conjunto de sentimientos acorralados en ellas.
Adicta a lo efímero, exprimiéndolo como si fuera a ser eterno...
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